Un interesante y necesario libro que analiza las diferentes formas en que se ha percibido la idea de género e identidad sexual en el arte a lo largo del siglo XX, así como para entender y comprender sus numerosas vicisitudes.
Este libro, casi imprescindible para comprender los devenires artísticos en convergencia con la diversidad y sus planteamientos a lo largo del siglo XX, comienza aludiendo al concepto género, explica cuándo fue acuñado y lo que ello implica. De ahí, arranca en un periplo que recorre y cuestiona los cimientos de una sociedad hetero-patriarcal, ensalzando un nuevo modelo de mujer guerrera e independiente, el cómo afecta la política en las cuestiones de género y cómo esto se refleja en el arte.
Una de las partes que más fijación me ha causado es la obra de Frida Kahlo, Unos cuantos piquetitos, de 1935. Este óleo sobre tela trata sobre un tema, que, por desgracia, es de rabiosa actualidad, la violencia de género, violaciones y crímenes pasionales. Reflejo de una sociedad machista cuyo discurso cosifica a la mujer y le atribuye propietario desde el principio de los tiempos hasta nuestros días. Parece ser que todo cambia, todo evoluciona, menos esta categoría que parece perdurar inmutable a través de los tiempos.
Los planteamientos insertos en la obra de Juan Vicente Aliaga no pueden ser entendidos, si no es desde una perspectiva transversal, vienen a representar la historia del arte del siglo XX enfocada desde el simbolismo relativo a una diversidad de género que cada día evoluciona hacia nuevas formas y categorías. El arte como fiel retrato de la sociedad y testigo de sus devenires, es entendido como instrumento de reivindicación de género y se interseca con las diferentes categorías que de éste se desprenden para terminar admitiendo los propios límites inherentes a la naturaleza de la cuestión.
Rosa Ana Navas